Pese a lo sorprendente que nos pueda resultar a priori el título de este artículo no es un concepto en absoluto novedoso. De hecho, Rudolf Diesel, diseñó el motor que lleva su apellido  en 1902 para que funcionara con aceite vegetal.

El biodiésel que puedes adquirir en tu gasolinera más cercana, al fin y al cabo, no es más que gasóleo diluido con aceite vegetal reciclado, con proporciones de hasta un 30% de aceite sin modificación, aunque el más comercializado lleva un 10% solamente. La función de este combustible es reutilizar ese aceite desechado y reducir las partículas generadas por la combustión con el gasóleo.

Aun así, todavía son muchas las personas que se mantienen escépticas cuando se les plantea la posibilidad de hacer funcionar su vehículo a base de aceites vegetales usados.

¿Qué ventajas aporta el aceite como carburante?

El aceite vegetal usado (AVU), tal como explica César Lema Costas en su estudio Manual para Rodar  con Aceite Vegetal es una energía renovable, mucho menos contaminante que el gasoil, ya que no contribuye al efecto invernadero. Su producción es económica y sencilla, además de que sus excedentes también son reutilizables para la fabricación de comida para animales. También es apto prácticamente para cualquier tipo de motor diésel.

¿Cómo puedo usar el aceite vegetal como combustible para mi vehículo?

Pese a que el gasóleo es también un aceite, aunque de tipo mineral, la principal diferencia radica en la combustión, por la mayor viscosidad del aceite que puede dificultar la circulación del carburante, y en el punto de inflamación del mismo (66º C de diferencia).

Esta situación se puede solventar de diferentes maneras:

  • Aceite 100%: Una de ellas consiste en hacer unas pequeñas modificaciones técnicas al vehículo, como vienen haciendo varias empresas alemanas desde 1964, desde las que comercializan el kit “Hazlo tu mismo” .
  • Aceite al 90%: La otra solución, es diluir en el aceite un 10% de gasolina que actuará como anticongelante corrigiendo la densidad del aceite y aumentando su capacidad de combustión, como el “Diester” que se comercializa desde hace más de diez años por una empresa francesa que lleva su mismo nombre.

Para cualquiera de las opciones que elijas lo ideal es que el aceite usado sea filtrado previamente a una temperatura de 14ºC  y un tamiz de 5 micras o menos, aunque no son pocos los que se unen a la versión casera de filtrarlo por una tela de nylon, o sábana vieja y calentarlo un poco antes de introducirlo en el depósito para facilitar el descenso en niveles de densidad y punto de combustión del aceite. En el último supuesto se recomienda no pasar de las 3000rpm en los primeros 15 minutos de conducción y hacer un viaje mínimo de 30 km para que el aceite circule bien y purgue el sistema.

 

 

Aunque muchos expertos aseguran el uso continuado de AVU como combustible puede hacer perder un 3% de potencia y aumentar al mismo nivel el porcentaje de consumo… ¿estarías dispuesto a transformar tu vehículo para que fuese menos contaminante y a preparar tu mismo el carburante? ¡Déjanos tus comentarios!

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