El fabricante de vehículos Ford ha desarrollado un nuevo proceso tecnológico de plasma que permite dar una nueva vida útil a motores que de otro modo serían desechados. Este avance, además de suponer un beneficio medioambiental, debido a que el bloque motor se recicla y se reutiliza, también supone un ahorro en las emisiones de CO2 que se producen al fabricar unidades nuevas.
La tecnología de plasma empleada para reconstruir los motores dañados consiste en un revestimiento metálico aplicado mediante pulverización térmica, que permite recuperar el existente bloque de cilindros del motor sin necesidad de emplear material nuevo y con el ahorro que ello supone. Inicialmente, este proceso de plasma se desarrolló para mejorar el rendimiento de los motores de alta gama, como el que monta el nuevo Ford Mustang Shelby GT 350R, y tras comprobar su efectividad se ha implementado como sistema para reconstruir motores dañados.
Los motores que se fabrican en la actualidad, están diseñados para funcionar durante muchos años y a lo largo de cientos de miles de kilómetros. No obstante, es posible que debido al uso, las condiciones climatológicas o el estado de otras piezas relacionadas; el motor falle y termine por averiarse. El plasma transferido al bloque motor mediante aplicación térmica, recubre el interior del bloque motor desgastado, ayudándolo a recuperar su estado original.
Las técnicas empleadas tradicionalmente tienen un coste elevado y suponen un alto consumo energético, pues requieren la sustitución de determinadas partes y por tanto, complejos procesos de mecanizado de piezas. Así pues, tal y como hemos comentado anteriormente, gracias a la aplicación de plasma es posible eliminar la necesidad de utilizar piezas metálicas nuevas y el bloque motor puede ser nuevamente empleado como base del motor reconstruido.
Otras tecnologías y técnicas de producción sostenibles de Ford:
Una de las apuestas sostenibles de Ford, es el uso de materiales más ligeros como por ejemplo el aluminio y el acero de alta resistencia, que permitan aligerar el peso de los vehículos para aumentar su eficiencia y reducir el consumo de combustible, sin comprometer la resistencia de la carrocería. Actualmente, modelos como el B-MAX, el Fiesta o los nuevos Mondeo y S-MAX, emplean ya en su proceso de fabricación este tipo de materiales más ligeros.
Además, la compañía también está investigando diversos materiales renovables procedentes del reciclado que permitan reducir el impacto medioambiental relacionado con los procesos de producción de vehículos, así como los costes de los mismos. Uno de estos materiales es el guayule, un arbusto que se encuentra en el Estado de Arizona (EE.UU.) y que podría ser utilizado para reducir la cantidad de caucho que se importa para ser empleada en los procesos de fabricación de los automóviles. Otras alternativas que se están estudiando para la producción de goma a base de plantas son los dientes de león, el girasol y la caña de azúcar.
También ha iniciado una colaboración con Heinz para investigar la aplicación de pieles de tomates secos como base para la fabricación del cableado o de diferentes espacios de almacenamiento para el vehículo.
La sostenibilidad es una parte fundamental de la estrategia comercial de Ford, tanto en términos de soluciones para la producción de vehículos, como en movilidad inteligente y la fabricación de vehículos avanzados tecnológicamente y con un consumo más reducido.
¿Qué os parece la técnica de plasma para reconstruir motores inutilizados? ¿Conocíais las líneas de investigación y desarrollo sostenible de la compañía? ¡Dejadnos vuestros comentarios!
Fuente: Nota de prensa de Ford