Finalmente, el Parlamento Europeo da luz verde a la prohibición que restringirá la venta de vehículos propulsados únicamente por motores gasolina o diésel, por lo que a partir de 2035 ya no podrán comprarse en el mercado de automóviles nuevos.
- El fin de la venta de vehículos diésel y gasolina
- Los coches gasolina y diésel podrán seguir circulando
- ¿Qué pasará con los híbridos e híbridos enchufables?
- ¿Se podrán seguir vendiendo y comprando en el mercado de ocasión?
- ¿Qué opinan los expertos?
El acceso a los coches y furgonetas de combustión tradicionales, propulsados por motores diésel o gasolina, tiene los días contados en España, así como en el resto de países que forman parte de la Unión Europea.
Con 340 votos a favor, 279 en contra y 21 abstenciones, el Parlamento Europeo ha aprobado la tan criticada medida en el sector automovilístico, incluida dentro del Objetivo 55 (Fit for 55) y por la cual quedará totalmente prohibida la venta de coches nuevos que no cuenten con tecnologías destinadas a reducir la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.
Por ello, y con tal solo 12 años por delante, son muchos los conductores que a día de hoy se preguntan ¿Qué tipo de coche me compro entonces? ¿Podré seguir circulando con mi vehículo diésel o gasolina a partir de 2035? ¿Afecta la prohibición a los automóviles híbridos?
Está claro que, la compra de un automóvil supone una inversión considerable, por lo que desde RO-DES queremos aclarar todas las cuestiones relacionadas con este tema, para ayudarte a comprender en qué te afecta esta decisión y cuáles son las alternativas que tienes si estás pensando en cambiar tu viejo coche. Pero, antes de seguir con el contenido y para que te tengas una visión global de todo lo que cambiará a partir de 2035, te aconsejamos que veas detenidamente la infografía que hemos elaborado destacando los puntos más importantes.
El fin de la venta de vehículos diésel y gasolina
Probablemente no sea la primera vez que lees o escuchas esto y es que, en julio de 2021, la Comisión Europa presentó un paquete de medidas cuyo objetivo era revisar y mejorar la normativa, en materia de emisiones de CO2, que se aplica en la venta de turismos o vehículos comerciales (N1) nuevos.
Tal y como hemos mencionado en los primeros párrafos de este artículo, a este conjunto de medidas se lo conoce como “Objetivo 55” y su cometido es, principalmente, contribuir en el cumplimiento de los objetivos marcados por la Unión Europea para luchar contra el cambio climático, los cuales tendrán que cumplirse entre 2030 y 2050.
Así, y de acuerdo con la nota de prensa emitida por el Parlamento Europeo que hemos enlazado al inicio de este contenido, junto con la prohibición de vender vehículos nuevos diésel o gasolina, también deberán alcanzarse objetivos intermedios como:
- La reducción del 55% de las emisiones que provienen de los automóviles.
- La reducción del 50% de las emisiones en furgonetas.
Ambos fines comparados con las estadísticas registradas en 2021. Además, el Reglamento incluirá otras medidas orientadas a los fabricantes de vehículos nuevos, de las que se espera la mejora en el seguimiento, metodologías y evaluación de los objetivos marcados.
Tras la ya realizada votación en el pleno, y la posterior aprobación por el Consejo del texto en donde figure toda la información relativa a estas medidas, se harán públicas todas las condiciones a través del Diario Oficial de la UE.
Con ello, todos los vehículos nuevos que vayan a comercializarse en Europa tendrán que ser “cero emisiones” a partir de 2035, lo cual y coincidiendo con la opinión de numerosos expertos del sector automovilístico, aumentará la brecha sobre aquellos ciudadanos que cuentan con rentas más bajas o que residen en lugares con menor acceso a infraestructuras que faciliten la transición hacia este tipo de automóviles.
Entonces ¿Qué pasará con aquellas personas que todavía tengan en uso un coche diésel o gasolina? ¿Tendrán que enviarlo al desguace? ¿Y si se trata de un automóvil híbrido o híbrido enchufable? Lo vemos a continuación.
Los coches gasolina y diésel podrán seguir circulando, aunque con matices
Pongámonos en situación, aún son muchos los usuarios que, recientemente, han apostado por la compra de coches diésel o gasolina nuevos, por lo que, llegado el momento de la entrada en vigor de esta normativa, e imaginando que todavía lo conservan en óptimo estado, su antigüedad sería inferior a los 15 años.
Teniendo en cuenta que, en la actualidad, y según los datos publicados en nuestro balance sobre los vehículos que recibieron los desguaces el año pasado, la antigüedad media de los turismos y furgonetas que se dieron de baja definitiva en los Centros Autorizados de Tratamiento de nuestro país, superaba los 20 años, es evidente que llegado el 2035 todavía habrán millones de coches que utilizan motores de combustión circulando por nuestras carreteras.
Esta medida, aunque no prohibirá que los vehículos de este tipo sigan circulando y puedan seguir siendo utilizados por sus propietarios, probablemente haga que el coste asociado al mantenimiento de estos (combustible, seguros e impuestos) se eleve considerablemente.
Por lo tanto, y pese a que las restricciones no afectarán a aquellos automóviles o furgonetas que todavía no hayan alcanzado el final de su vida útil -ya que el objetivo “cero emisiones” no se refiere al uso de aquellos vehículos que sigan estando dados de alta en el registro– sus conductores deberán plantearse si, económicamente y de cara al futuro, les sigue mereciendo la pena hacerlo.
Las intenciones de la UE quedan bastante claras en este sentido, pues independientemente de todo lo que hemos mencionado con anterioridad, se pretende forzar a los propietarios de vehículos que empleen combustibles fósiles a que los renueven, antes de 2050, por modelos cuyo impacto medioambiental en lo que a emisiones contaminantes se refiere sea nulo.
¿Qué pasará con los híbridos e híbridos enchufables?
Básicamente lo mismo. Dado que los automóviles o vehículos comerciales que emplean este tipo de tecnologías (HEV o PHEV) también hacen uso de motores de combustión, también se verán afectados por las medidas que hemos explicado con detalle en este artículo.
Es por ello por lo que, a partir de 2035, tampoco podrán adquirirse vehículos híbridos nuevos. Sin embargo, y al igual que en aquellos que únicamente utilicen el diésel o la gasolina, si podrán seguir circulando hasta que alcancen el final de su vida útil o hasta que sus propietarios decidan enviarlos al desguace.
Lo que no queda claro es si, a nivel de mantenimiento, la repercusión que estas medidas tendrán sobre el coste de seguir circulando con un vehículo de este tipo será más favorable para quienes posean un automóvil híbrido o híbrido enchufable.
¿Se podrán seguir vendiendo y comprando automóviles diésel, gasolina o híbridos en el mercado de ocasión?
Esta es otra de las preguntas más habituales entre los conductores a día de hoy, pues el coste actual de los automóviles nuevos, independientemente de si son o no eléctricos, es una traba para quienes desean o necesitan adquirir un vehículo para sus desplazamientos.
Sin embargo, y respondiendo a la pregunta del millón en lo que a previsiones relacionadas con la compra de vehículos usados se refiere, parece que por el momento podremos estar tranquilos ya que no se prohibirá la venta de coches o furgonetas de segunda mano que utilicen combustibles fósiles, así como tampoco de híbridos, a partir de 2035.
Eso sí, como hemos comentado en párrafos anteriores, se aumentará la carga fiscal para los propietarios de vehículos contaminantes, por lo que ya dependerá de estos mismos valorar si realmente conviene invertir la adquisición de un utilitario de este tipo.
¿Qué opinan los expertos?
Durante estos días, y tras leer un elevado número de opiniones en medios de comunicación especializados, como por ejemplo este artículo de El Mundo -donde se hace evidente la falta de realidad de las medidas adoptadas por la UE, y apoyadas por el Gobierno español, con respecto a la situación del vehículo eléctrico en nuestro país- el panorama que se viene pinta bastante complejo para los consumidores.
Los automóviles puramente eléctricos no terminan de calar en nuestro territorio, y no porque a los conductores no les interese adquirir un vehículo de este tipo, sino porque todavía queda mucho por hacer para que las intenciones de compra se encaminen hacia unos objetivos que, y permíteme una opinión un tanto personal, están bastante lejos de poder cumplirse por varios motivos.
De hecho, hay diversos informes como el realizado por Kiriom y en el cual se ha tenido en cuenta la opinión de personalidades reconocidas en nuestro sector, donde se evidencian los factores que dificultan la sustitución de los vehículos de combustión por aquellos que producen “cero emisiones”. De hecho, y según este mismo informe, podemos destacar los siguientes puntos clave relacionados con la electrificación de nuestro parque automovilístico:
- Conductores: En lo que respecta a estos, un 80% de los consumidores sí se plantea la compra de un automóvil eléctrico. Sin embargo, el precio de este tipo de vehículos, todavía muy superior al de los diésel o gasolina, y la falta de infraestructuras siguen siendo grandes inconvenientes.
- Inversión insuficiente e ineficiente: El Gobierno no realiza la suficiente inversión para mejorar la red de recarga para vehículos eléctricos y las ayudas existentes no tienen la repercusión que deberían, pues están basadas en complejos trámites burocráticos que terminan siendo un problema para los particulares y empresas que desean acceder a las subvenciones.
- Objetivos lejanos y utópicos: El peso de los vehículos con una antigüedad superior a 15 años aumenta debido a la lenta renovación del parque automovilístico, que a su vez no tiende a la descarbonización por el precio que actualmente tienen los vehículos eléctricos y que no resultan en absoluto competitivos.
Por otro lado, y haciendo referencia a la Newsletter enviada por AutoBild en la que Gabriel Jiménez – Redactor y Director del Área de Motor de este reconocido medio especializado – comparte su opinión con respecto a toda esta situación, hay otros aspectos importantes que también dificultan la consecución de los objetivos marcados por la UE, como por ejemplo:
- Fiscalidad: Lo hemos mencionado en el punto anterior, sin embargo, tras tres ediciones del MOVES, donde hay beneficiarios que llevan más de un año esperando a cobrar las ayudas (la percepción de las cuales hay que incluir en la Declaración de la Renta) los requisitos y procedimientos de tramitación no han variado ni se han encaminado hacia fórmulas más eficientes, como por ejemplo reducir la fiscalidad que grava la compra de automóviles eléctricos y que incrementa un 21% su precio en la actualidad.
- Orografía y sociodemografía española: Nuestro país cuenta con una geografía que, en muchos casos, complica el acceso a un vehículo de este tipo. La orografía es bastante accidentada y casi el 70 por ciento de la población reside en edificios donde no disponen de garaje particular.
Finalmente, me gustaría conocer tu opinión sobre este tema y saber en qué medida te afectarán los cambios que están por venir y que, a pesar de muchos, parecen estar ya a la vuelta de la esquina ¿Qué tipo de vehículo conduces en la actualidad? ¿Te planteas comprar próximamente un coche “cero emisiones”? ¿Hay algún otro factor importante que frene la descarbonización del parque automovilístico y que te gustaría añadir? ¡Te leo en comentarios!