Los combustibles renovables emergen como una alternativa prometedora para reducir la dependencia de los carburantes fósiles y de las emisiones contaminantes asociadas al transporte. Se obtienen mediante fuentes de origen natural y sirven para satisfacer diferentes necesidades energéticas.

En un contexto global, enfocado en la búsqueda de alternativas energéticas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente que permitan reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mitigar el cambio climático, los biocombustibles se han convertido en una solución casi vital.

Estos recursos energéticos, provenientes de fuentes naturales como la luz solar, el viento o la biomasa, entre otros, ofrecen una alternativa sostenible y respetuosa con el medio ambiente cuyo principal objetivo es satisfacer todas y cada una de las necesidades energéticas que tiene la sociedad actual.

En el artículo de hoy, exploraremos los diversos tipos de combustibles renovables, sus beneficios ambientales y económicos, así como los desafíos que enfrentan en su implementación a gran escala. Además, destacaremos el papel crucial que desempeñan en la transición hacia un futuro energético más limpio, sostenible y libre de emisiones de gases de efecto invernadero ¿Nos acompañas?

¿Qué son los combustibles renovables?

Combustibles renovables, sintéticos, biocombustibles, e-fuels… Seguro que en las últimas semanas has leído o escuchado varias noticias relacionadas con este tema. No lo vamos a negar, son términos de los que probablemente muchos usuarios no sabían nada hace algunos meses, pero que en la actualidad están despertando el interés de muchos conductores preocupados por lo que pasará con los coches de combustión en un futuro no demasiado lejano.

De hecho, uno de los motivos que paralizaron la decisión de la UE de prohibir los automóviles con motor de combustión a partir de 2035, está directamente relacionado con los combustibles renovables. Y es que como ya os contamos en uno de nuestros anteriores artículos, los biocombustibles, además de tener sus pros y sus contras, también se perfilan como el “Plan B” para facilitar la descarbonización del parque automovilístico.

Tanto si se derivan de productos orgánicos o desechos metabólicos, como si se trata de carburantes sintéticos (obtenidos a partir de CO2 capturado y residuos no orgánicos como plásticos), los combustibles renovables se presentan como una solución efectiva a corto y medio plazo que reduciría las emisiones contaminantes en todos los sectores del transporte (terrestre, aéreo y marítimo).

Además, los combustibles renovables no solo tienen ciertos beneficios medioambientales, sino que serán útiles en lo que al avance de la independencia energética de Europa respecta, lo cual beneficiará también a España y ayudará a generar más empleos, sobre todo en el sector de las energías renovables.

Pero todo esto no es nuevo. Desde el año 2000, se han llevado a cabo acciones para realizar la transformación de las refinerías convencionales, utilizando el bio-ETBE (Ethyl tert-butyl ether) -un derivado del bioetanol que mejora el octanaje de la gasolina– para reemplazar eficazmente los aditivos de plomo, que son los más contaminantes.

En la actualidad, son también varias las empresas españolas que están enfocadas en la fabricación de biocombustibles para la aviación (BioJet), especialmente debido a que las alternativas como la electrificación para este tipo de medio de transporte no son para nada viables a corto y medio plazo.

Pero, exactamente ¿Cuántos tipos de combustibles renovables se producen? ¿Cómo se obtienen? ¿En qué se diferencian los biocombustibles de los combustibles sintéticos? ¿Se producen biocombustibles en nuestro país? Y lo que seguramente te estarás preguntando también ahora mismo ¿Cuándo los veremos en las gasolineras?

Para dar respuesta a las preguntas planteadas en el párrafo anterior y que no te quede ninguna duda sobre este nuevo tipo de carburantes, lo primero que has de tener claro es que el biocombustible no es lo mismo que los combustibles sintéticos, pero ¿Por qué? Lo vemos en el siguiente punto.

Combustibles renovables y sintéticos ¿En qué se diferencian?

Los combustibles renovables, también llamados biocombustibles, se desarrollan a partir de residuos orgánicos (principalmente aceites vegetales usados y grasas de origen animal) y sirven para sustituir a los combustibles fósiles en medios de transporte a gran escala, como: Camiones para el transporte de mercancías, barcos o aviones.

La obtención de los biocombustibles se realiza a través de fuentes de energía renovables, como la luz solar, el viento o la biomasa, siendo necesarios procesos biológicos, como la fermentación de cultivos energéticos o la descomposición de materia orgánica.

Por otro lado, aunque en la fabricación de combustibles sintéticos o e-fuels tan solo son necesarias materias primas básicas como el agua y el CO2, también han de llevarse a cabo procesos químicos, como la electrolisis. Este procedimiento, permite que la cantidad de CO2 que se libera a la atmósfera se compense con el capturado para su elaboración.

Para que entiendas mejor la diferencia entre ambos y cómo se producen los combustibles sintéticos, en el proceso de fabricación de los e-fuels se captura CO2 presente en la atmósfera o resultante de otros procesos industriales y, junto con el hidrógeno que se obtiene a través de la electrólisis, se fabrica el combustible que después podrá ser utilizado en los diferentes tipos de vehículos.

En la siguiente imagen, elaborada desde el laboratorio tecnológico de Repsol, podrás ver claramente como la principal diferencia entre ambos tipos de carburantes radica en su proceso de obtención y, por tanto, en la huella de carbono que posteriormente se deriva por el uso en los medios de transporte.

Combustibles con baja huella de carbono

¿Cuántos tipos de biocombustibles existen?

Hoy en día y en cumplimiento con la regulación vigente, el combustible suministrado en las estaciones de servicio ya contiene más de una décima parte de combustible de origen renovable. Por ello, dependiendo de dónde proceda la materia prima utilizada en su producción, así como de las vías empleadas para su obtención, podemos diferenciar cuatro categorías de biocombustibles:

De 1ª generación:

Los biocombustibles de primera generación son aquellos obtenidos a partir de cultivos agrícolas. Este tipo de biocombustibles, cumplen con los criterios de sostenibilidad y reducción de la huella de carbono establecidos por la Directiva Europea de Energías Renovables.

Algunos ejemplos de biocombustibles de primera generación incluyen el bioetanol y el biodiésel, producidos a partir de aceites vegetales, y desempeñan un papel importante en la búsqueda de alternativas energéticas más sostenibles que sirvan para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

De 2ª generación o avanzados:

Los biocombustibles de segunda generación o avanzados se obtienen a partir de residuos no destinados a la alimentación, como los provenientes de las industrias agroalimentarias y forestales, aceites de cocina usados y la fracción orgánica de los residuos urbanos.

Gracias a su proceso de obtención, se facilita la reutilización de recursos y se contribuye a reducir la cantidad de residuos que se envían a los vertederos. Algunos ejemplos de biocombustibles avanzados son el biogás y el biometano.

Este tipo de combustibles renovables desempeñan un papel crucial en la economía circular y en la reducción de emisión de gases de efecto invernadero.

De 3ª generación:

Los de tercera generación, son biocombustibles obtenidos a partir de algas y plantas acuáticas que contienen al menos un 50% de contenido de aceite natural y, aunque la producción de estos biocombustibles aún no se ha llevado a cabo a gran escala comercialmente, existen diversos estudios concluyentes que demuestran su viabilidad.

Los biocombustibles de tercera generación tienen un gran potencial debido a la alta productividad de las algas y su capacidad para crecer en diferentes condiciones, lo que los convierte en una alternativa prometedora para la producción sostenible de carburantes.

De 4ª o última generación:

Los biocombustibles de cuarta generación representan un avance realmente significativo, ya que persiguen la modificación genética de microorganismos que mejoren tanto la eficiencia en la captación como el almacenamiento del CO2. Aunque actualmente no se comercializan, ya existen plantas piloto en Brasil y EEUU que están trabajando en su investigación y desarrollo.

Estos biocombustibles, de última generación, prometen ser aún más eficientes y sostenibles, lo que abriría nuevas posibilidades en la reducción de emisión de gases de efecto invernadero y significaría un avance hacia un modelo energético más limpio.

Infografía sobre los combustibles renovables

Biocarburantes avanzados ¿Podrían sustituir al diésel y la gasolina?

La producción de petróleo en España es prácticamente nula, y las reservas disponibles son muy limitadas a nivel mundial, encontrándose en su gran mayoría en zonas geopolíticamente complejas. Además, el sector del transporte en nuestro país representa más del 40% del consumo energético total y, actualmente, depende en un 95% de productos derivados del petróleo.

A lo anterior hay que sumar la volatilidad de los precios en lo que a combustibles tradicionales se refiere, que acumulan meses de constantes subidas y bajadas, creando gran incertidumbre entre los consumidores. Esta situación, supone un gran desafío para el sector, que requiere encontrar alternativas energéticas más sostenibles y estables.

Es por ello por lo que, desde BIO-E (Asociación Española del Bioetanol) diferencian entre tres tipos distintos de combustibles renovables que servirían para sustituir a los tradicionales: El bioetanol, el biodiésel y el biogás ¿Te gustaría saber más sobre ellos? Sigue leyendo y descubre sus características.

Bioetanol

El bioetanol es un combustible renovable que se produce a partir de residuos o cultivos sostenibles. Su uso ofrece distintos beneficios medioambientales y contribuye al desarrollo económico de las zonas más rurales. Como hemos comentado en la introducción del punto anterior, en varios países de Europa, se está incorporando ya un 10%, como mínimo, de bioetanol en la gasolina (E10).

Además, algunos países europeos brindan un sólido respaldo fiscal a la gasolina renovable E85, compuesta por un 85% de bioetanol, lo que reduce las emisiones de CO2 en más del 60% en comparación con la convencional.

Biodiésel:

El biodiésel se produce a partir de semillas oleaginosas mediante un proceso de esterificación de sus aceites vírgenes. Estas semillas incluyen principalmente colza, girasol, palma y soja, así como aceites vegetales usados y grasas animales.

En España, la mayor parte del biodiésel utilizado se importa de Asia en forma de aceites usados o se obtiene a partir de aceite de palma procedente de países en desarrollo. Sin embargo, y a diferencia del bioetanol, el biodiésel puede generar cierta competencia con la producción de alimentos.

El biodiésel tiene propiedades físicas y químicas muy similares al gasóleo convencional, pero muchos fabricantes de motores de combustión en la actualidad garantizan solamente su funcionamiento con mezclas de hasta el 5% de biodiésel. Sin embargo, sigue siendo el combustible renovable preferido por las grandes petroleras.

Biogás:

El biogás se genera a través de un proceso metabólico de descomposición de materia orgánica y residuos, gracias a la acción de bacterias metanogénicas en condiciones anaeróbicas. Este combustible renovable no compite con la producción de alimentos.

Sin embargo, su utilización en el sector del transporte enfrenta diversos desafíos debido a la falta de vehículos preparados para utilizarlo, su costosa producción, la complejidad logística de su transporte y las elevadas inversiones requeridas para establecer una red de estaciones de servicio desde las que pueda ser suministrado.

Usos y aplicaciones de los combustibles renovables

Además de los citados anteriormente, y de acuerdo con la clasificación realizada por la Agencia Andaluza de la Energía en su tabla, existen otros tipos de biocombustibles menos populares.

Por ello, y para que tengas toda la información que necesitas sobre este tema, vamos a enumerar los distintos usos y aplicaciones de todos los biocombustibles conocidos a través de la siguiente lista:

  • Bioetanol: Puede ser usado en motores de gasolina convencionales, mezclándolo hasta en un 15% con gasolina tradicional. También puede emplearse en motores Flex-fuel como E85 y, en lo que respecta al E-diésel podría utilizarse en motores diésel (aunque todavía se encuentra en fase de desarrollo).
  • Biodiésel: Puede ser usado en motores diésel tradicionales y mezclado parcialmente con el gasóleo convencional o al 100%.
  • Biogás: Se puede emplear en motores de gas como sustituto o mezclado con gas natural.
  • Biometanol: Puesto que sus propiedades son bastante parecidas a las del bioetanol, puede utilizarse en motores de ciclo Otto y diésel.
  • Biodimetiléter: Este biocombustible está pensado para sustituir al gasoil en los motores de ciclo diésel.
  • Bio-ETBE (etil ter-butil éter): Puede utilizarse mezclado con la gasolina en una proporción del 15%.
  • Bio-MTBE (metil ter-butil éter): Al igual que el anterior, se puede mezclar al 15% con la gasolina tradicional.
  • Combustibles sintéticos: Dependiendo de sus características y finalidad, los combustibles sintéticos pueden ser utilizados en motores diésel o gasolina.
  • Bio-hidrógeno: Su uso se reduce exclusivamente a motores adaptados.
  • Hidrobiodiésel: Podría ser utilizado en cualquier motor diésel.
  • Otros biocombustibles producidos a partir de biomasa: Tal y como sucede con los combustibles sintéticos, y en función de las propiedades que tenga, podrán ser empleados en motores de combustión tradicionales.
  • Bioqueroseno o BioJet: Uso exclusivo en motores para aviación y mezclado hasta en un 20% con queroseno.

 

Como habrás podido comprobar si has llegado hasta este punto, los combustibles renovables, junto con el hidrógeno verde y la electrificación del parque automovilístico, son clave a la hora de asegurar un futuro con un nivel muy inferior de emisiones contaminantes y, por tanto, mucho más respetuoso con el medio ambiente y la salud de las personas.

¿Te imaginabas que existían tantos tipos de biocombustibles? ¿Conoces o has probado alguno de ellos en tu vehículo? ¿Te gustaría ampliar nuestra información o resolver alguna duda sobre este tema? ¡Déjanos tus comentarios abajo!

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