Es presumiblemente esperable que durante el pasado año los índices de accidentalidad y siniestralidad se hayan reducido, tanto incluso que según indica la DGT, hemos conseguido la cifra de fallecidos más baja de la historia. Pero tal vez “conseguir” no sea el verbo correcto, porque no parece justo atribuirse el mérito de estas cifras, ya que suponen una reducción del 21% de fallecidos en un contexto en que se han reducido los desplazamientos hasta un 36% los fines de semana.
Casi sería deseable que en vez de un 21% la reducción hubiera sido mayor. El ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska, ha insistido en que pese al descenso «son cifras inaceptables para la sociedad y para quienes trabajamos en el Ministerio del Interior y la Dirección General de Tráfico, porque todos sabemos que esas muertes y heridas graves son en su mayoría evitables y, por lo tanto, asumimos la obligación de evitarlas«. Esta declaración la podemos leer en la sala de prensa de la web del ministerio del interior, donde vemos el titular: “Los accidentes de tráfico se cobran la vida de 870 personas durante el año pasado”. Y así ha sido, puede consultarse a continuación el documento con la estadística completa.
Para una percepción más visual del descenso paralelo y directamente proporcional del número de fallecidos y el número de desplazamientos, puede consultarse la siguiente gráfica en donde se aprecia cómo el estado de alarma afectó drásticamente a la movilidad.
Hay que mostrar una tímida sonrisa por el descenso de fallecidos, porque al fin y al cabo las cifras se han reducido, pero también hay malas noticias:
Durante el periodo de alarma, hay que destacar que los camiones de más de 3.500kg fueron los responsables de trasladar los bienes de primera necesidad y por tanto acusan el único aumento de siniestralidad en 2020. Los fallecidos en accidentes de tráfico con este tipo de vehículos pasaron de representar el 3% al 15% del total de víctimas.
También empeoró el uso del cinturón, un 16% de víctimas dejaron de usarlo con respecto al año anterior, de modo que, aunque la cifra de fallecidos sea la más baja de la historia, queda mucho por mejorar. Por ello, la DGT ha decidido tomar una serie de nuevas medidas para fomentar la seguridad vial que han entrado en vigor recientemente, o se implantarán próximamente. Ya comentamos las modificaciones introducirá la DGT en la Ley de tráfico y el Código de Circulación en 2021 en una entrada anterior, pero hay que tener en cuenta que no son las únicas medidas a tomar:
- Se abre un grupo de debate sobre los vehículos de movilidad personal que han sufrido ya un cambio de normativa este 2021, y se hablará con los ayuntamientos sobre temas sobre chaleco reflectante, edad mínima para conducir y más temas de interés.
- Se seguirá trabajando en el anteproyecto de reforma de la Ley de Tráfico y Seguridad Vial, en el Reglamento de Vehículos de Auxilio en Carretera, en el Reglamento de Circulación para la protección de los usuarios vulnerables y se elaborará la Estrategia Española de Seguridad Vial 2021-2030.
- Se apuesta por Estrategia Nacional de Movilidad Sostenible y de la Ley de Movilidad Sostenible para fomentar un transporte limpio y saludable con el medioambiente.
- Se aprobará la señal luminosa V-16 para señalizar incidencias en carretera, evitando que el conductor tenga que salir del coche y sufrir riesgo de atropello.
Aún con todo esto, a quien compete la última responsabilidad para reducir la siniestralidad en las carreteras, es a los conductores, a su buen hacer y a su propia autoexigencia para cumplir la normativa vial. Permite que te insistamos en cumplir la señalización, los límites de velocidad, en llevar los cinturones correctamente, la música a un volumen adecuado, el coche en buen estado, y sobre todo… ¡no te distraigas!
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Entre todos podemos hacer que el próximo año la cifra de fallecidos en las carreteras sea también la más baja de la historia. Consigamos atribuirnos el mérito. Día a día, conduce seguro. Conduce bien.
